¿Leerías la historia de dos hombres gay de más de 50 años?

Escritora de ficción gay

Ya te aviso que este artículo del blog no tiene un objetivo demasiado concreto. Simplemente es una reflexión sobre la representación de amor gay en la ficción que me ronda la cabeza y ¿dónde mejor que mi rinconcito de internet para comentarla? Yo soy la hija de un hombre que estudió durante el franquismo en la Universidad Laboral de Gijón. Para el que no lo sepa, las universidades laborales se crearon en España durante la dictadura como una manera de dar una formación profesional a los hijos de obreros con pocos recursos.

La universidad era residencia en régimen interno. Es decir, mi padre, como miles de niños vivía, estudiaba, comía y dormía allí durante todo el curso escolar. En su momento la Laboral de Gijón fue el centro de enseñanza más grande de España y, según la Wikipedia, daba cabida a más de 3.000 alumnos. Los que habéis estado sabéis que impresiona: es enorme, tiene edificios de todo tipo, una iglesia con capacidad para más de 1.000 personas… Era como una ciudad.

homosexualidad en la universidad laboral de gijón
La Universidad Laboral de Gijón

Ahora bien, vamos a imaginarnos la España franquista, años 55-65. Más de 3.000 adolescentes (todos hombres, de entre 12 y 18 años) estudian internos en la Universidad Laboral de Gijón. Duermen juntos, en habitaciones enormes en las que cohabitan grupos relativamente grandes de estos chavales que lo han dejado todo atrás, sus amigos y su familia para empezar una “nueva vida” en Asturias. Repito que estamos hablando de más de 3.000 adolescentes.

Bueno, pues si tú le preguntas a mi padre cuántos de esos adolescentes él sabía, pensaba o sospechaba que eran homosexuales, él te mira y te responde muy seguro: “Ninguno”. Vamos a dejar a un lado el hecho de que mi padre tiene más de 65 años y una visión relativamente conservadora acerca de la homosexualidad y vamos a centrarnos en que, de 3.000 adolescentes, no conoció ninguno, (c-e-r-o) que admitiese, aunque fuera veladamente, ser homosexual.

Según las estadísticas, de esos 3.000 hombres, más o menos 300 serían homosexuales. Yo sé que el franquismo no fue la mejor época para casi nada y mucho menos para salir del armario. ¿Pero ninguno? ¿Ni una sospecha? ¿Ni una pareja de amigos muy amigos? ¿Ni un chico que mira demasiado a ese otro chico? En un entorno como un internado gigante y enteramente masculino, lleno a rebosar de hormonas adolescentes… es raro.

Quiero decir, tuvo que haber historias de amor gay entre los muros de la Universidad Laboral de Gijón. Tuvo que. Entonces ¿qué hacían, dónde se escondían, cómo lo disimulaban? ¿Habrá parejas de amigos que en esos años fueron tan solo amigos y que más tarde, ya en democracia, han iniciado una relación amorosa? ¿Hay parejas homosexuales que salieron de ese centro de estudios? ¿Existen ahora mismo matrimonios en España surgidos en esa época?

No sé, muchas preguntas que me hago sobre cómo vivían su sexualidad los homosexuales durante el franquismo. ¿Había espacios seguros? ¿Qué hacían? ¿Cómo experimentaban? No sé, me parece que ahí tiene que haber historias, no una, si no cientos que merecen la pena ser contadas.

reflexiones sobre el amor gay

Yo escribo ficción romántica y erótica gay desde una perspectiva actual. Quiero decir, mis libros están inspirados en la época actual, en la cotidianidad en la que yo vivo y no sé si alguna vez podría hacer una novela de amor gay histórica. Pero si lo hiciera ¿la leeríais? ¿Hay autores/as que estén ya en ese nicho? Si conocéis autores de romance gay histórico dejadme un comentario y si tenéis material de no ficción sobre la homosexualidad durante la dictadura, me interesa muchísimo.

Es que es un tema que no me puedo quitar de la cabeza. Porque fue ayer por la mañana, quiero decir, mi padre vive a menos de 1 kilómetro de mi casa, y sus amigos de la universidad laboral también siguen vivos también casi todos. Es decir, la mayoría de esos 3.000 chicos entre los que, mi padre asegura, que no había ningún gay, siguen vivos y nos cruzamos con ellos todos los días. ‘Ni siquiera son tan mayores! Las universidades laborales empezaron a existir a partir del año 1955. Los hombres que asistieron en esos años del franquismo que os cuento tendrán ahora como 80 años los más mayores. ¡Mi padre tiene 65!

No sé, bueno sin más que es un tema de visibilidad LGTB que me está dando vueltas por la cabeza. Si tenéis material al respecto escribidme a romaescritora@gmail.com o dejadme un comentario. Yo vuelvo en breves con más temas de ficción gay.

¡Nos leemos!

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