Mi mejor amigo

Portada del libro de erótica gay Mi Mejor amigo, escrito por roma Robles

—Sito —le digo finalmente —Estas borracho y cachondo. Esa es una combinación malísima.

—¿Por qué? —Mi amigo se acerca por la espalda y me empotra contra la encimera sujetándome por la cadera con ambas manos —Yo creo que es una combinación estupenda —afirma apretando su polla erecta contra mi trasero. Yo doy un respingo pero no me aparto, entre otras cosas porque estoy borracho y soy gilipollas. Envalentonado, Sito empieza a darme suaves mordiscos por el cuello. Yo gimo y en contra de todo mi buen juicio ladeo la cabeza para facilitarle el acceso.

—El cuello no cabrón, que me mola mucho —protesto yo mientras me retuerzo de gustito.

La bestia en la que se ha convertido mi amigo me ignora e, incluso, me muerde un poco más fuerte arrancándome un gemido. Mi espalda se arquea e, inconscientemente, mi culo empieza a buscar restregarse contra el duro miembro que tiene detrás.

Por su parte, Sito desplaza una de sus manos desde mi cadera hasta mi paquete. Lo aprieta suavemente, como si estuviese sopesando qué se va a encontrar en él. Me acerca los labios y susurra en mi oído con voz pastosa:

—¿Ya estás duro? Si todavía no he empezado. Te voy a hacer una mamada que no se te va a olvidar en tu vida – afirma mientras empieza torpemente a pelearse con la bragueta de mi pantalón.

Yo me río porque no creo que Sito le haya hecho una mamada nunca a nadie y es ahí cuando vuelvo a la realidad. ¡Qué es tu amigo coño! Me desembarazo de su agarre y me doy la vuelta para encararlo.

—No. Para. No podemos. Estás como una cuba y mañana te vas a arrepentir.

—Yo lo único que espero de cara a mañana es que hayamos follado tanto que no me acuerde ni de mi nombre —contesta él con una lujuria que no sé de donde sale. Se acerca de nuevo a mí y se inclina para besarme. Como en el bar, no me resisto. Nos besamos sin prisa, saboreándonos y, cuando nos separamos, no puedo evitar reírme. Lo de este hombre es muy fuerte.

—Sito, me estas calentando. Y vamos a acabar mal.

—O bien —replica él con los ojos vidriosos por el alcohol.

Sigue leyendo esta historia de erótica gay en el siguiente enlace.