Las Cadenas

Las Cadenas relato erótico gay BDSM de Roma Robles

Extracto

Bufo y me revuelvo en el asiento, sumido en mis pensamientos. Max nota mi incomodidad.

­–¿Qué? –me espeta.

–Nada. – contesto, más bruscamente de lo que pretendía –Es que no sé a qué viene eso.

–¿El qué?

–Lo de que debería probar esas cosas, que me haría bien ¿tú que cojones sabes lo que a mi me pueda gustar?

–Yo lo único que sé es que está conversación te ha puesto muy cachondo –dice con toda seguridad mirándome a los ojos.

Me quedo petrificado en el asiento, incapaz de responder nada coherente ni de apartar la mirada. ¿Cómo diablos sabe eso? ¿Acaso me puede leer la mente?

Max no dice nada más, tan solo alarga su mano hacia mi entrepierna y me la toca sin tapujos.

–Estaba seguro –dice con una sonrisa mientras comprueba que la tengo durísima. Sus dedos dibujan el perfil de mi miembro con calma, mientras yo lo único que hago es mirarlo como un cachorrillo asustado. Asustado, sí pero también muy excitado.

–No… no pienses que… –intento escusarme.

–Calla –me ordena. Ya no me mira a mí, ha bajado la mirada hasta mi erección y la recorre con los ojos y las manos. Los latidos de mi polla se incrementan aún más con este examen tan minucioso. Estoy muy salido, pero también siento la mayor vergüenza que he experimentado nunca. ¿Ponerme duro así, a la primera de cambio? ¿Y justo delante de ese compañero en concreto? Quiero que se me trague la tierra. Me tapo los ojos con la mano y entonces Max aparta la suya.

–Siento… esto –digo con voz lastimosa.

– Eh… Tranquilo. – Susurra inclinándose hacia mí y atrayéndome suavemente por la corbata. Posa sus labios en los míos de manera suave, atrapando mi labio inferior sin ejercer presión. Yo cierro los ojos. No sé qué otra cosa hacer.

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